Dios las cría y ellas se juntan. La princesa Mette-Marit de Noruega le ha echado un cable a su estimada cuñada Marta Luisa, que ha dejado de piedra a medio mundo al declararse como el primer miembro de la realeza que posee poderes curativos. Mette-Marit asegura que gracias a ella superó una afección renal, según publica el diario de Oslo Dagbladet. Marta Luisa, de 35 años, que vive su vida al margen de las responsabilidades de la corona, se ha ofrecido a enseñar a comunicarse con los ángeles en su centro de educación alternativa Astarte. Mette-Marit afirma que su cuñada "tiene unas manos muy cálidas y buenas" y que gracias a ella ha conseguido superar su miedo a volar.