Si usted es mujer y esta noche, mientras charla con sus amigas en un local de moda, recibe la llamada de atención de un chico con un irresistible poder de magnetismo, puede que esté ante el hombre de su vida. ¿Por qué no? Pero también es posible que, sin saberlo, sea usted el conejillo de indias de un experimento. Puede que él le haya lanzado una estudiada batería de dardos de atracción, siguiendo las lecciones de un manual muy depurado. Si es así, puede que en la otra punta del bar haya un grupo de aprendices en el arte del ligoteo analizando sus reacciones bajo la tutela de un maestro en el arte de la seducción, que hoy está sirviendo una clase práctica a sus alumnos.

No se sienta mal. Que este posible romance haya brotado tras los pasos de un guión programado no le priva de --quizá-- haber encontrado el amor definitivo en ese chico que ahora mismo la tiene atrapada con su embaucadora charla. Los caminos del corazón son inescrutables. A lo sumo, considérese solo una víctima de la época que le ha tocado vivir. En plena era de la comunicación, el individualismo de la vida urbana (paradójica contradicción) está haciendo proliferar todo tipo de ocurrencias para hacernos más fácil la aproximación al otro (o la otra).

No solo las webs de contactos viven sus años dorados. Al calor de tanta falta de afecto y autoestima, la seducción ha dejado de ser algo que se improvisa en el momento del lance para convertirse en materia de estudio y objeto de entrenamiento. Una ciencia en toda regla. Solo hay que pasarse por la sección de autoayuda de las grandes librerías para comprobarlo: las mesas están llenas de novedades que cuentan con la palabra seducción en el título y se promocionan como infalibles manuales de atracción. Internet hierve con webs y blogs que prometen descifrar los secretos del magnetismo personal, muchos de los cuales han servido para crear comunidades de seductores por todo el país.

Se ofertan cursos on line y presenciales para convertir al más patán en un hombre irresistible. Se multiplican los foros donde se intercambian experiencias y trucos para alcanzar el éxito sexual de forma segura. Se anuncian talleres teóricos junto con excursiones por las rutas del ligoteo para probar las técnicas del moderno don Juan. Todos prometen arrebatos de manual entre la población femenina. Profesionales del ramo ofrecen servicios personal a individuos con problemas para encontrar a su media naranja. Y, según cuentan los protagonistas de este fenómeno, en verano se dispara la demanda. Abunda el deseo de sentirse deseado.

"Digamos que hay más competencia. La mujer se ha liberado y se ha vuelto más exigente. El cine y la tele la han convencido de que tiene derecho a conseguir un hombre 10. Antes lo teníamos más fácil. Ahora hemos de esforzarnos más para llegar a seducirlas. Y ahí es donde entramos nosotros", cuenta Mario Luna. De profesión, maestro de seducción .

Luna presume de ser el experto de habla hispana que ha cambiado más vidas sexuales del planeta. A principios de la década, tras innumerables fracasos amorosos, se interesó por las "comunidades de seductores" (así se llaman) que llevaban años funcionando en EEUU. Con aquella información y su experiencia, Luna empezó a poner en práctica diversas técnicas de atracción sexual y a recomendarlas a sus amigos, con éxito. Desde 2005 vive de enseñar profesionalmente "la ciencia de la seducción".

ejercicios prácticos

¿La seducción es una ciencia? Así se llama la web (www.seduccióncien tifica.com) desde la gestiona los cursos, talleres y conferencias que él y su equipo de expertos imparten por todo el país. En cuatro años han escuchado sus

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