A decir de las autoridades de Bagdad, no hubo ni gritos de alegría, ni ostensibles muestras de satisfacción entre sus verdugos, ni palabras ofensivas hacia el condenado. Solo se filtró una imagen del condenado encapuchado con la soga al cuello. El Gobierno iraquí se empleó ayer a fondo para presentar a la opinión pública local y mundial la ejecución de Alí Hasán al Majid, alias Alí el Químico , responsable de la muerte de decenas de miles de kurdos en los 80, como un acto de justicia y no de venganza. Se trataba de evitar un espectáculo como el de la ejecución del exdictador iraquí y primo hermano de Alí el Químico , Sadam Husein.

Por otra parte, 36 personas murieron y 71 fueron heridas en tres atentados en Bagdad, dos cerca de dos hoteles.