La presión de los pilotos ha obligado a Air France a reaccionar. Ocho días después de la catástrofe del vuelo Río de Janeiro-París, desaparecido con 228 personas a bordo, la compañía anunció ayer que ningún avión despegará sin haber reemplazado al menos dos de las tres sondas Pitot que permiten calcular la velocidad de los Airbus A330 y A340, cuyo mal funcionamiento pudo provocar el siniestro. Swiss (del grupo Lufthansa) y Brussels Airlines también sustituirán el modelo que ha registrado una serie de anomalías, razón por la que la constructora, Airbus, ya aconsejó cambiarlas en el 2007.

Air France ha decidido "acelerar" el cambio de las sondas y concluir el proceso "en los próximos días", después de que el sindicato minoritario Alter pidiera a los pilotos que se nieguen a volar hasta que no sean reemplazadas las sondas, y de que otro sindicato lanzara la misma consigna. Algunos expertos apoyaban también esta medida de precaución. El Sindicato Nacional de Pilotos de Línea, mayoritario, se mostró "satisfecho" por la decisión de la empresa.

Las disfunciones en los tubos que permiten calcular la velocidad a partir de la presión del aire, según el principio ideado en 1732 por Henri Pitot, no son nuevas. La constatación de que eran sensibles al hielo y al agua --se trata de unos orificios situados en la carlinga delantera del avión-- llevó a Airbus a aconsejar su sustitución en septiembre del 2007. Se trata de unas sondas de la empresa Thales, instaladas por Airbus a partir de 1996.

HIELO Los mensajes automáticos enviados por el A330 siniestrado indican la presencia de hielo en los sistemas de medición de la velocidad y una brusca aceleración y desaceleración del aparato. La Oficina de Análisis e Investigación, que dirige las pesquisas, trabaja con la hipótesis de que esta velocidad "incongruente" pueda estar en el origen de una serie de averías técnicas que, unidas a las difíciles condiciones meteorológicas, hicieran ingobernable el avión.

Los expertos precisan que, a 12.000 metros de altitud, el margen entre la aceleración excesiva del avión y una velocidad inferior a la necesaria para mantenerse en el aire es de 50 kilómetros por hora. Por eso es tan valiosa la medición de las sondas, que permiten al piloto automático calcular la velocidad idónea. Eso no significa que el aparato no pueda seguir volando de forma manual. Un portavoz de Airbus indicó que la avería en sí "no es excepcional" y "los pilotos están preparados para afrontar estas situaciones".

Ante la recomendación de Airbus, la compañía francesa empezó por cambiar las sondas de los A320, equipados también con tubos Pitot defectuosos. En noviembre del 2008, una nota interna de Air France daba cuenta de "un número significativo de incidentes" relacionados con las "anomalías" detectadas en estos sensores.

La compañía Air Caraïbes, a la que el Elíseo ha comprado el A330 que está siendo adaptado para convertirse en el Air Force One de Nicolas Sarkozy, también había registrado dos episodios de mediciones erróneas.

FAMILIAS ORGANIZADAS Mientras los equipos de rescate siguen trabajando para sacar los cadáveres del océano y localizar las cajas negras del avión, las familias de las víctimas han empezado a organizarse y estudian emprender acciones legales. Interpol informó ayer de que colabora en la coordinación de la identificación de las víctimas, una vez que los cadáveres han empezado a llegar a tierra.

Mientras, un Airbus 340-300 de la compañía Air China, que realizaba el trayecto Milán-Pekín con 155 pasajeros a bordo, realizó ayer un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Mos- cú al fallarle un motor.