Barrios cerrados, estaciones de metro evacuadas, policías desplegados en masa. Justo dos semanas después de los atentados del 7 de julio, Londres se reencontró con el miedo poco después de la explosión de tres bombas en el metro y otra en un autobús. Las estaciones de Oval (sur), Warren Street (norte) y Shepeherd´s Bush (oeste) y el bus que circulaba por la calle de Hackney fueron los lugares en los que explotaron las bombas, "más pequeñas" que las del pasado 7 de julio, según explicó el jefe de la policía, Ian Blair.

El barrio en el que se encuentra la estación de Warren Street fue inmediatamente cerrado. "Estaba en mi vagón de metro y me disponía a leer mi libro. Fue como en Misión imposible . De repente, he percibido un olor como si cables eléctricos o neumáticos se quemasen", explica Sofiane, una treintañera. "Hemos sido evacuados por el conductor, que ha remontado todo el tren abriendo las puertas. Estaba tranquilo, como si no pasara nada", añade.

Ivan McCracken cuenta que su tren estaba a punto de llegar a Warren Street cuando se ha abierto la puerta entre su vagón y el adyacente y "han irrumpido decenas de personas. Algunas personas se caían, había un pánico colectivo", explica. Un pasajero italiano ha visto a un hombre con una mochila y explica que "de repente, la mochila ha explotado. Entonces, el hombre ha hecho una exclamación, como si algo hubiera salido mal. A continuación, todo el mundo ha salido corriendo del vagón", recuerda.

En Hackney, en el este de Londres, una pequeña bomba explotó en un autobús, sin causar heridos. "El conductor ha oído un bang que parecía venir del piso superior", afirma un portavoz de la compañía Stagecoach. "Cuando ha subido, ha visto que las ventanas se habían roto. El autobús está intacto en su estructura", subraya.

"No hemos oído nada, no ha saltado ningún cristal", afirma Candice Hinds, de 25 años, que se encontraba en una tienda de zapatos justo delante del autobús de la línea 26 en Hackney Road. "He hablado con una mujer que iba en el autobús. Me ha dicho que se trataba de una pequeña bomba y que pudo percibir un olor a caucho quemado. Me ha dicho que ha habido una explosión, pero que no ha sido importante", subraya Hinds.

Otros testigos afirman que no han visto heridos y que, aparentemente, en aquel momento no viajaba mucha gente en el bus. "Hasta donde yo he visto, no parece que el autobús haya sufrido el menor daño", dice Paul Williamson, de 19 años.

Rapidez policial

La policía, precisan los testigos, llegó muy rápido al lugar de los hechos. En el sur de Londres, donde se encuentra la estación Oval, los bomberos indicaron que habría recibido informaciones que aseguraban que había humo en la zona.

Buffy, de 28 años, destaca que acababa de entrar en la estación cuando oyó un bang . "Vi a la gente presa del pánico. Me dijeron que diera media vuelta", explica. También allí, en la estación Oval, un testigo declaró a la cadena Sky News que escuchó un ruido súbito, "como cuando se abre una botella de champaña". "Alguien entró en un vagón, arrojó la mochila y corrió", explicó. "La gente empezó a gritar: ¡humo, humo!".

Llamada de las teles

En medio de la confusión en que quedó sumido de nuevo Londres, un hombre fue detenido en la zona gubernamental de Whitehall, donde se encuentra la residencia de oficial de Downing Street, el lugar desde donde ayer tarde el primer ministro, Tony Blair, pidió "calma" a los británicos.

Por su parte, las televisiones británicas lanzaron ayer desde la pantalla llamamientos a los londinenses para que les hicieran llegar imágenes tomadas en los lugares donde ocurrieron las explosiones, una iniciativa que ya funcionó en el 7-J y que abrió una brecha en el silencio informativo que mantuvieron las autoridades. La cadena Sky News facilitó una dirección de correo electrónico (newsonline@bskyb.com) donde mandar fotos.