Fuerzas combinadas de la policía iraquí y del Ejército estadounidense asaltaron el martes un supuesto campo de entrenamiento de los insurgentes al norte de Bagdad y mataron a 85 presuntos rebeldes. La batalla por el control de la base militar duró unas 17 horas y gran parte de los rebeldes muertos eran combatientes extranjeros, informaron ayer las autoridades iraquís.

El campo de entrenamiento estaba en una zona desértica, junto al lago Tharthar, al oeste de Tikrit, a unos 180 kilómetros al norte de Bagdad. El asalto empezó por la mañana y, en una primera fase, participaron las fuerzas especiales iraquís. Horas después llegaron los refuerzos estadounidenses. El alto mando militar de EEUU confirmó la participación de los marines, aunque se abstuvo de precisar la cifra de rebeldes muertos.

El Ministerio de Interior iraquí dijo que el asalto se cobró la vida de siete policías, aunque otras fuentes elevaron el número a 12. Según la versión oficial, entre los insurgentes fallecidos había argelinos, saudís, sudaneses, marroquís y sirios. En el campo de entrenamiento, los comandos policiales hallaron gran cantidad de explosivos, armas pesadas, varios ordenadores y numerosa documentación. Según el comunicado gubernamental, que da cuenta de la detención de un argelino, los rebeldes planeaban ataques en Samarra.

COLEGIO BAJO EL FUEGO En otros actos de violencia, un proyectil de mortero cayó ayer sobre una escuela de Bagdad, mató a una niña de 11 años e hirió a otros tres menores. En Musayeb, al sur de la capital, un grupo de hombres armados atacó una escuela islámica suní.