El financiero Gianmario Roveraro, de 70 años, miembro supernumerario del Opus Dei, fue hallado ayer asesinado, después de haber sido secuestrado a principios de mes. Para el magistrado Guido Salvini, que ha dictado la orden de arresto de tres personas por el asesinato, la causa del secuestro sería un fraudulento negocio inmobiliario de 2,5 millones de euros, que debía de haber producido 10 millones de beneficios.

Tras haber olido a quemado, Roveraro habría salido de la operación, y Cesare Bottini, exasesor financiero y uno de los tres presuntos asesinos, habría organizado la vendetta por el dinero perdido. Roveraro había protagonizado la entrada en Bolsa de la industria Parmalat y próximamente debía ser procesado.

Aldo Capucci, de la dirección nacional del Opus Dei, afirmó que Roveraro "no estaba implicado en nada". "Estamos seguros que Gianmario ha recibido su premio, Dios le ha acogido consigo e intercede por nosotros", añadió Giuseppe Corigliano, portavoz de la institución.

El cadáver del financiero fue hallado por la mañana, descompuesto y abrasado por el calor. Estaba parcialmente dentro de un saco y troceado, en un terraplén a 40 kilómetros de Parma. Las autoridades localizaron el cadáver a través de las indicaciones de uno de los tres supuestos asesinos, que habían sido detenidos siguiendo la pista de unas tarjetas telefónicas.