La fiesta nacional de Holanda, el Día de la Reina, cada 30 de abril saca a millones de holandeses a la calle para compartir un ambiente eminentemente festivo. Ayer, sin embargo, terminó en una tragedia. Ante los ojos horrorizados de toda la familia real durante su desfile por la ciudad de Apeldoorn, un hombre de 38 años y de nacionalidad holandesa mató a cinco personas (tres hombres y dos mujeres) con su coche en un intento deliberado de atentar contra el autocar descubierto en la que se desplazaban la reina Beatriz, el príncipe heredero Guillermo, la princesa Máxima y todos los demás miembros de la amplia familia real holandesa.

Poco antes del mediodía, el individuo, sin antecedentes penales ni psiquiátricos, atravesó a gran velocidad dos barreras de vallas con su coche, un pequeño Suzuki Swift, y se llevó por delante a una veintena de espectadores que estaban viendo el desfile real. La asistencia inmediata de testigos, familiares, personal sanitario y agentes de policía no pudo evitar que cuatro personas fallecieran casi en el acto.

Una quinta murió horas después en el hospital, otras cuatro sufrieron heridas de gravedad y ocho fueron atendidas por lesiones leves. Entre los heridos se encontraban dos agentes de policía y cinco miembros de una misma familia. También el autor del atropello, que residía en Huissen (a 40 kilómetros de Apeldoorn), fue ingresado en estado crítico. Ayer se temía por su vida y no pudo ser interrogado.

ATENTADO Sin embargo, "de un primer contacto con el sospechoso, cuando aún estaba en el coche, hemos sacado la conclusión de que fue un ataque deliberado contra la familia real. Se le acusará de atentado, aunque no hay indicios de vínculos con terroristas", explicó el fiscal general, Ludo Goossens, quien negó que hubiese explosivos en el coche. El incidente se produjo a apenas 500 metros del palacio real de Het Loo, donde se refugió la familia real inmediatamente después. Algunos de sus miembros estaban llorando, según testigos, tras presenciar en directo el atropello múltiple.

En lugar de empotrarse contra el autocar, que era su intención, el conductor falló por solo cuatro o cinco metros y se estrelló contra un monumento, conocido como La Aguja. Desde el palacio, la reina Beatriz se dirigió por televisión a los holandeses. "Lo que había empezado como un día maravilloso, ha terminado en un drama terrible que nos ha afectado a todos profundamente", dijo compungida la soberana, que mostró su solidaridad con las víctimas y sus familias. En toda Holanda, muchos actos oficiales del Día de la Reina fueron suspendidos.

Aparentemente, el individuo había tenido poco antes un enfrentamiento con un agente en una de las calles cortadas al tráfico. Luego esperó el paso del autocar real y arrancó para intentar alcanzar su objetivo.