Al menos 60 personas han muerto y otras 95 han resultado heridas hasta ahora víctimas de la ola de violencia étnico-política registrada en la ciudad de Karachi (sur de Pakistán) durante las últimas 48 horas, informó hoy a Efe una fuente policial. De acuerdo con esta versión, la situación en la principal metrópoli del país, con más de 18 millones de habitantes, es todavía muy tensa, y efectivos especiales de las fuerzas paramilitares o los "Rangers" siguen patrullando las calles.

En las últimas horas han tenido lugar disturbios en diferentes áreas de la portuaria ciudad, como los barrios de Korangi, Saddar, Malir o Landhi, donde los agresores han causado además daños a vehículos, comercios y otros inmuebles. Según la fuente, la mayoría de los fallecidos son civiles como comerciantes o conductores de transporte público. En Karachi, conviven personas de todas las etnias del país, aunque el grupo más pujante es el de los "mohajirs", que hablan la lengua urdu y son descendientes de quienes emigraron desde la India tras la partición del subcontinente e independencia de Pakistán, en 1947.

De hecho, los disturbios comenzaron el pasado lunes a raíz del asesinato de un diputado provincial de la formación que representa a esta comunidad, el Muttahida Qaumi Movement (MQM), una acción que las autoridades han atribuido a extremistas islámicos. La violencia con tintes étnicos y políticos auspiciada a menudo por bandas criminales y mafiosas es habitual en Karachi, donde ya ha habido varios centenares de víctimas en lo que llevamos de 2010.