Georgia cedió ayer a la presión militar rusa en el conflicto armado por el control de la separatista república de Osetia del Sur. Tiflis anunció un alto el fuego unilateral y pidió a Moscú negociaciones urgentes para poner fin a los bombardeos rusos del territorio georgiano.

El presidente ruso, Dmitri Medvédev, que anoche se había negado a contestar a una llamada desesperada de su homólogo georgiano, Mijail Saakashvili, respondió que no habrá negociaciones hasta que las tropas georgianas no abandonen el territorio de Osetia del Sur. Además, Tiflis deberá firmar un acuerdo de renuncia al uso de la fuerza en Osetia del Sur y Abjasia, la otra región separatista georgiana.

La otra condición no oficial del cese de las hostilidades es la dimisión de Saakashvili, según informó una fuente diplomática estadounidense tras una conversación telefónica entre el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, y la secretaria de estado de EEUU, Condoleezza Rice.

"Georgia está dispuesta a iniciar de inmediato negociaciones con la Federación de Rusia sobre el alto el fuego y el fin de las operaciones militares", rezó la nota entregada ayer por el Ministerio de Asuntos Exteriores georgiano a la embajada rusa en Tiflis.

Solo tras recibir esa petición oficial de Tiflis, Lavrov consintió en hablar por teléfono con su homóloga georgiana Eka Tkeshelashvili para repetir el ultimátum de Medvédev. El ministro ruso denunció que la parte georgiana no había cesado, como afirmaba, las operaciones militares en Osetia del Sur y que sus fuerzas seguían el fuego.

El viceministro de Exteriores ruso, Grigori Karasin, dijo que Moscú necesita pruebas fidedignas de que Georgia realmente había retirado sus tropas. "Debemos revisar todo eso. No confiamos en los georgianos", indicó.

ATAQUE A FUERZAS DE PAZ La guerra por Osetia del Sur comenzó el viernes, después de que el Ejército georgiano lanzara una ofensiva para recuperar el control de la capital separatista, Tsjinvali, que había declarado su independencia a principios de los 90. Emplearon artillería, tanques y aviones también contra las bases de las fuerzas de paz rusas desplegadas en la zona de conflicto desde 1992, tras un acuerdo multilateral.

Rusia respondió enviando refuerzos para proteger sus bases militares, así como para "forzar la paz". Rusia tiene derecho a intervenir para impedir enfrentamientos armados entre los georgianos y los osetios. El avance de las tropas rusas hizo a los georgianos retirarse de Tsjinvali. La Cruz Roja cifra en 40.000 a los desplazados por el conflicto.

Tras apoderarse de Tsjinvali, los militares rusos extendieron el conflicto a otras zonas de Georgia. Las autoridades georgianas denunciaron varios bombardeos de los aviones rusos, que controlan los cielos georgianos desde el viernes.

El Kremlin también envió el crucero portamisiles Moskva y otras naves de la flota del mar Negro a la costa de Georgia, para impedir el ingreso de embarques con armas.

"GENOCIDIO" El primer ministro ruso, Vladimir Putin, que visitó el sábado un campo de refugiados en Vladikavkaz, en la república rusa de Osetia del Norte, informó ayer a Medvédev de que Georgia cometió "un genocidio" contra los osetios. "La gente está viviendo una situación muy difícil. Especialmente los ancianos, los niños y las mujeres. Es una tragedia. Según sus testimonios, y más allá de las acciones militares, se ha cometido un genocidio contra el pueblo de Osetia del Sur", indicó Putin.

Medvédev ordenó a la fiscalía general rusa que recoja pruebas de los crímenes militares cometidos en Osetia del Sur para utilizarlas en un futuro en un posible juicio internacional a las autoridades georgianas.