Un día después de exhibir su liderazgo incontestado en el PP, José María Aznar transmitió ayer en el Congreso que le basta con ese apoyo para mantener su política respecto a Irak. El presidente defendió la resolución que presentó con EEUU y Reino Unido, pese al rechazo expresado ayer por Francia, Alemania y Rusia, pero no aclaró qué posición adoptará si no sale adelante. También dijo estar "orgulloso" de su partido y, en un combate dialéctico muy duro con José Luis Rodríguez Zapatero, le acusó de ser el "compañero de viaje" de Sadam Husein.

Su andanada fue posterior a una intervención de Zapatero en la que éste aludió a la próxima retirada de Aznar. "Déjenos como estábamos; déjenos en paz, señor Aznar", le espetó el secretario general del PSOE, emulando el célebre "váyase, señor González" que Aznar lanzó desde la oposición.

El nuevo debate parlamentario sobre el conflicto iraquí puso una vez más de manifiesto el abismo que separa al Gobierno del resto de grupos parlamentarios. Todos rechazaron la guerra y exigieron a Aznar que rectifique. La presidenta de la Cámara hizo numerosas llamadas al orden que no lograron rebajar la crispación.

Aznar acusó al líder de la oposición de "deslegitimar al Gobierno de su país" por afirmar que no representa la voluntad de paz de la mayoría de españoles. "La voluntad mayoritaria de la Cámara representa a la Cámara, a la ciudadanía", argumentó.

VOTOS "CLANDESTINOS"

El jefe del Ejecutivo se refirió a la votación secreta del día anterior en el Congreso, en la que todos los diputados del PP respaldaron las tesis del Gobierno sobre Irak. "Ustedes querían votos clandestinos, pero se fueron con las manos vacías", soltó Aznar. Y añadió: "En mi partido hay unidad, convicciones y principios, todo eso de lo que usted carece".

A la petición de Zapatero de que rectifique su política, el presidente replicó que "a los tiranos no se les vence con juegos florales, sino con decisiones". En ese sentido, acusó a Zapatero de pretender el "aislamiento" de EEUU, y utilizó la comparación entre Sadam y Hitler para defender la presión contra el régimen iraquí.

Zapatero exigió al presidente que, "por respeto a la historia y a la razón", evite semejante comparación ya que, a su juicio, el dictador iraquí no representa en estos momentos una amenaza inminente para la paz mundial.

Respecto a la pretensión manifestada por Aznar de "sacar a España del rincón de la historia", Zapatero dijo: "No era necesario que viniera a sacarnos del rincón, porque no estábamos en ningún rincón. Del rincón salimos pacíficamente hace 25 años". Y apostilló: "Una maldita guerra fue la que nos mantuvo cuatro décadas en un rincón oscuro".

El líder socialista pidió a Aznar que se desmarque de la resolución que ha copatrocinado porque la estrategia de Bush será "devastadora", ya que "fomentará el rearme y la violencia porque ningún país aceptará inspecciones de su armamento".