La celebración de un nuevo aniversario de la construcción del muro de Berlín, ayer hace 46 años, ha estado marcada por una seria y agria polémica a raíz de la aparición de unas actas que, supuestamente, demuestran el carácter criminal del régimen comunista de la desaparecida República Democrática Alemana (RDA).

El documento es un memorando interno descubierto en los archivos de la Stasi, la policía política del régimen comunista de la antigua RDA, y estaba destinado a una unidad especial de agentes, a quienes se recomendaba que "no duden en hacer uso de las armas, ni siquiera si la transgresión fronteriza se produce en compañía de mujeres y niños, algo que los traidores utilizan con mucha frecuencia".

Para la clase política alemana, y sobre todo para los partidos del Gobierno, que se reunieron ayer en la calle Bernauer de Berlín, donde se ha levantado un monumento conmemorativo, el documento es la prueba que se necesitaba para iniciar investigaciones y perseguir a quienes dictaron la orden.

"El sistema político establecido en la antigua RDA aceptaba como legítimo el crimen", dijo Kart Beck, el presidente del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD). Beck agregó que "no se ha cerrado el capítulo sobre el régimen injusto que existió en la época de la RDA".

TODOS MUERTOS La portavoz de la fiscal general de la ciudad de Magdeburgo, Silvia Niemann, dijo que "se está analizando la posibilidad de abrir una investigación" en contra de los responsables de la orden de disparar a muerte en la frontera interalemana. Entre esos posibles responsables aparecen el exlíder alemán oriental, Erich Honecker; el exjefe del Ministerio de la Seguridad, Erich Milke; el exjefe de la Stasi, Markus Wolf; y el exteniente general jefe del departamento de la Stasi en la Guardia de Fronteras, Karl Kleinjung. Todos han fallecido.

Hasta ahora, se había dado también por supuesto que la orden de disparar a matar no existía de forma escrita, aunque se practicaba, hasta el punto de que, oficialmente, según la Fiscalía de Berlín, 270 personas perdieron la vida como resultado de los disparos.

Según el diario alemán Die Welt , el documento, además de no ser una primicia, no demuestra lo que se busca: presentar una prueba de la existencia de la orden de disparar a matar. El último líder comunista de la extinta RDA, Egon Krenz, que fue condenado a seis años en un juicio por los disparos, dijo que las actas no son verdaderas. "No hubo orden de matar o de disparar, y eso lo sé por mi propia experiencia", dijo.