El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, y Umberto Bossi, líder de la Liga del Norte y principal socio de la coalición conservadora, ven "incompatible" el nuevo discurso de su excompañero de fatigas Gianfranco Fini con el cargo de presidente del Congreso. Por esta razón, "en los próximos días" pedirán al presidente de la República, Giorgio Napolitano, que se busque la manera de hacerlo dimitir. El caso no está previsto por la Constitución y todos los partidos de la oposición lo ven "inconstitucional".

"Va contra la Constitución, los reglamentos y el sentido común", afirman los 45 parlamentarios que han seguido a Fini en la aventura de abandonar el Partido de la Libertad (PDL), fuerza que dos años atrás contribuyó a formar. Los conservadores consideran que la intervención de Fini del domingo, cuando dijo que el PDL "ya no existe", es incompatible con la neutralidad de su cargo. "Fini ya no es una garantía para la mayoría política", afirma ahora el PDL, que lo echó en julio.

Por su parte, Bossi, que en dos años de legislatura se ha convertido en el principal apoyo de Berlusconi, presiona para disolver el Gobierno y convocar elecciones.