El Reino Unido se prepara para la guerra mientras apura las últimas vías diplomáticas. El Gobierno de Tony Blair considera poco probable que se pueda aprobar una segunda resolución en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, pero seguirá negociando la propuesta durante los próximos días. Francia, Alemania y Rusia rechazaron ayer la nueva propuesta británica de ultimátum a Sadam Husein.

"Estamos preparados para continuar con las conversaciones a lo largo del fin de semana e incluso el lunes", indicó en la tarde de ayer un portavoz del Ejecutivo británico. Por la mañana, el propio primer ministro parecía a punto de tirar la toalla, cuando, tras el rechazo francés a las condiciones británicas, declaró: "Una segunda resolución es ahora menos probable que nunca".

El comentario se lo hizo Blair al líder de la oposición, el conservador Ian Duncan Smith, al que citó urgentemente en Downing Street con la presunta intención de comunicarle que el Reino Unido estaba preparado para ir a la guerra. Lo que ayer quedó claro fue la determinación de Blair de acompañar a EEUU en una guerra, con o sin segunda resolución. Un portavoz oficial advirtió de que las gestiones diplomáticas "no pueden extenderse indefinidamente".

Para facilitar un voto favorable en el Consejo, el Reino Unido retiró una de las seis exigencias planteadas a Irak. Se trata de la cláusula que obligaba a Sadam a aparecer ante la televisión de su país y confesar que posee armas de destrucción masiva.