El bloque gubernamental de derecha de la primera ministra de Noruega, la conservadora, Erna Solberg, ganó ayer las elecciones legislativas con el 49,9% de los votos, según una proyección difundida por la televisión pública NRK.

Los cuatro partidos de derecha obtendrían 88 de los 169 escaños del Storting (Parlamento) frente a los 81 del bloque opositor, que encabeza el líder laborista, Jonas Gahr Støre.

El Partido Laborista, el más votado desde 1924, mantendría su condición de primer fuerza pese a retroceder respecto a los anteriores comicios, con el 27,3% y 50 diputados, por delante del Partido Conservador de Solberg, con el 26,2% y 49 escaños.

El Partido del Progreso, una formación de corte xenófobo que gobierna en coalición con los conservadores, continuaría siendo la tercera fuerza más votada, con el 15,7% y 29 escaños, unos números muy similares a los de cuatro años atrás.

Las otras dos fuerzas del bloque gubernamental y que le garantizaron la mayoría al Ejecutivo en la pasada legislatura, liberales y cristianodemócratas, se situarían justo por encima de la barrera mínima del 4%, con diez escaños entre las dos, 9 menos.

El retroceso de los laboristas, de casi 4 puntos porcentuales, sería compensado por la subida de sus aliados, el Partido de Centro, que lograría el 9,4% y 17 escaños; y el Partido de Izquierda Socialista, con el 5,7% y 11.

Tanto Los Verdes como los comunistas de Rojo se quedarían por debajo del 4%, pero lograrían un diputado cada uno por los votos personales, según esta proyección, en la que la derecha seguiría en el poder pese a caer 5 puntos y perder 8 diputados.

Otro pronóstico difundido por el canal privado TV2 aumenta la distancia a favor de la derecha, que lograría 91 escaños.

Los sondeos difundidos en los últimos días apuntaban a una gran igualdad entre los dos bloques, con ligera ventaja para la derecha, un panorama en el que los indecisos y el papel de los pequeños partidos se anunciaba decisivo.