El presidente de EEUU, George W. Bush, urgió hoy a los ciudadanos y al Congreso a apoyar el multimillonario plan de rescate de su gobierno, con la advertencia de que, de lo contrario, el país puede entrar en una "larga y dolorosa recesión". "Sin una acción inmediata por parte del Congreso, Estados Unidos podría caer en un pánico financiero, a lo que seguiría una situación agobiante" en el país, dijo Bush el miércoles por la noche en un mensaje a la Nación.

"No debemos permitir que esto ocurra. Debemos actuar lo antes posible", dijo Bush, en lo que The New York Times calificó como su discurso más importante quizás desde los ataques del 11 de septiembre del 2001. El presidente, un firme defensor de libre mercado, reconoció que en condiciones normales se opondría a un plan de intervención de la dimensión que maneja su Gobierno, 700.000 millones de dólares en la compra de activos dañados de la banca.

Pero según dijo, "las situaciones extraordinarias merecen acciones extraordinarias", y la crisis actual requiere una acción "inmediata, porque de los contrario el país entraría en una "larga y dolorosa recesión". En su discurso, pronunciado desde la Casa Blanca, el mandatario trató de convencer al pueblo estadounidense de que se debe apoyar el plan de rescate financiero que ha propuesto su Gobierno al Congreso, y cuyo costo asciende a 700.000 millones de dólares.

"Estamos en medio de una grave crisis financiera y el Gobierno está respondiendo con acciones contundentes", dijo Bush, quien advirtió también de que los mercados no están "funcionando apropiadamente" y se ha perdido la confianza en ellos. Bush insistió en que los principales sectores "están en riesgo" y más bancos podrían entrar en bancarrota si el Congreso no accede a apoyar el plan de medidas del Gobierno.

Bush se dirigió al país inmediatamente después de invitar a los líderes del Congreso y a los candidatos republicano y demócrata, John McCain y Barack Obama, a una reunión mañana en la Casa Blanca para tratar de llegar a un compromiso conjunto sobre el plan de rescate. Los dos candidatos presidenciales emitieron un comunicado conjunto para invitar a los líderes del Congreso a trabajar unidos. "Es el momento de superar las diferencias políticas por el bien de la nación. No podemos arriesgarnos a entrar en una catástrofe económica", dice el texto.

McCain anunció también que suspendía los actos de su campaña, retiraba los anuncios televisivos y cancelaba la recogida de fondos para desplazarse a Washington y trabajar en impulsar las negociaciones del Congreso. Los legisladores demócratas del Senado y la Cámara de Representantes llegaron hoy a un acuerdo sobre el contenido del plan de rescate financiero, según anunció esta noche el congresista por Massachusetts, Barney Frank. Al hacer el anuncio, Frank indicó que tienen previsto reunirse mañana con sus colegas republicanos para aunar posturas.

Hoy, en su segunda comparecencia en el Congreso, el secretario del Tesoro, Henry Paulson, y el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, advirtieron también de que si el paquete de medidas no sale adelante, la economía de EEUU estará abocada a un caos similar al de la Gran Depresión de 1929. También el Fondo Monetario Internacional (FMI) aportó su grano de arena a la descripción de la crisis y dijo que su cálculo del costo para las instituciones financieras lo había elevado en más del 30 por ciento, hasta los 1,3 billones de dólares.

Para sacar adelante el paquete, el Gobierno tuvo que hacer algunas concesiones a los congresistas, entre ellas la de poner un límite a los salarios de ejecutivos de las instituciones financieras que se beneficien del programa de rescate. "Los estadounidenses están enfadados sobre la compensación de los ejecutivos y con razón", dijo Paulson. "Éste es un problema serio y estoy de acuerdo. Debemos encontrar una forma para resolverlo en el proyecto de ley sin socavar la efectividad del programa", añadió.

Algunos de los gigantes rescatados de la crisis por el Gobierno en los últimos días, se enfrentan a otro problema adicional, al estar bajo investigación por un presunto fraude en el negocio de las hipotecas de alto riesgo.