El presidente de Estados Unidos, George Bush, denunció ayer los intentos terroristas de expandir el totalitarismo y, tras los dos últimos atentados que han tenido lugar esta semana en la sede de la ONU en Bagdad y en Jerusalén, reafirmó su determinación de mantener su lucha global contra el terrorismo. Una campaña que, en palabras del presidente estadounidense, requiere de todas las naciones "sacrificio, determinación y resolución".

"Los terroristas han declarado la guerra a todos los países libres y a todos nuestros ciudadanos", dijo Bush en su discurso radiado semanal, identificando los objetivos de los violentos.

"NO HABRA RETIRADA"

"Quieren que más gobiernos se parezcan a los opresivos talibanes que gobernaron Afganistán. Cometen atrocidades porque quieren que el mundo civilizado se estremezca y se retire para así poder imponer su visión totalitaria. No habrá estremecimientos en esta guerra contra el terror y no habrá retirada", aseguró el gobernante de EEUU.

En un momento en que el debate internacional vuelve a centrarse en la discusión de los peligros del total control militar, político y económico que Washington ejerce en Irak --y con la ONU dando prácticamente por rechazada cualquier opción que no ceda parte de ese control al organismo internacional--, Bush repitió que "todas las naciones del mundo se enfrentan a un reto y a una elección". Muchas la han tomado ya.