Las Cámaras de Washington, guiadas por la mayoría demócrata, debaten y buscan fórmulas para dar un giro a la política de intervención y la creciente presencia militar estadounidense en Irak, pero su voz se rebate desde la Casa Blanca. El sábado se anunció que Bush ha firmado la autorización para sumar 4.700 soldados más a la campaña en el país árabe. El despliegue se suma al conocido incremento de 21.500 y alimenta los temores de quienes auguran la extensión de la campaña, por más que el propio David Petraeus, comandante del Ejército de EEUU en Irak, reconociera que la solución a la crisis no puede ser solo militar.

Aunque Bush no hizo referencia a su decisión durante su paso por Uruguay en la gira que realiza por Latinoamérica, sus ayudantes hicieron pública una carta que firmó el viernes a bordo del Air Force One. Va dirigida a la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y en ella Bush solicita 3.200 millones de dólares adicionales para cubrir, entre otras cosas, el envío de los 4.700 soldados a Irak y de otros 3.500 a Afganistán, con los que en ese país habrá más militares estadounidenses que nunca. La solicitud de Bush topó con el rechazo de los demócratas, enfrentados con la Casa Blanca y atrapados de momento en un callejón sin salida por el poder de veto del presidente.

APOYO A URIBE Mientras, Bush prosigue con su gira por Latinoamérica. Solo 7 horas duró la visita del presidente a Colombia, rodeada de imponentes medidas de seguridad. Con esta escala, el dirigente mostró su apoyo al presidente colombiano, Alvaro Uribe, su mejor aliado en la zona.