El presidente de Estados Unidos, George Bush, quiere impedir que el Congreso investigue los abusos cometidos con los detenidos en la base estadounidense de Guantánamo (Cuba) y en otras prisiones creadas por el Pentágono después de los atentados del 11-S en Nueva York. Tampoco quiere que se establezca cómo se debe tratar a sus reclusos. El pasado jueves, la Casa Blanca advirtió de que Bush vetará el presupuesto del Pentágono para el año que viene si se incluyen en la ley que lo apruebe disposiciones para llevar a cabo estos fines.

La Casa Blanca justificó el posible veto a esa ley argumentando que, si se introducen enmiendas sobre la situación de los presos, "se restringiría la autoridad del presidente para proteger de forma efectiva a los ciudadanos de ataques terroristas, y para procesar a esos terroristas".

PREVENCION DE TORTURAS Sin embargo, los republicanos y demócratas que quieren investigar la situación de los presos y fijar el tratamiento que se les debe dar están decididos a seguir adelante. El senador republicano John McCain, secundado por su colega Lindsey Graham, presentará la semana próxima enmiendas a la ley de presupuestos destinadas a definir "el tratamiento básico de prisioneros", con el fin de prevenir torturas como las que tuvieron lugar en la prisión de Abú Graib.

Por su parte, los demócratas, encabezados por el senador Carl Levin, propondrán la creación de una comisión nacional independiente que investigue cómo se pudo llegar a las vergonzosas torturas perpetradas por soldados de EEUU en la cárcel bagdadí y en otros lugares. Dicen que se trata "del escándalo más serio de la historia militar reciente y creen que requiere una investigación objetiva".