El anuncio del primer ministro ha abierto varios caminos. Los parlamentarios laboristas pueden seguir agitando el partido hasta provocar la marcha de Blair. En ese caso, el Gobierno estaría paralizado. Un centenar de diputados han manifestado que prefieren que Blair se retire cuanto antes mejor. Los analistas afirman que si siguen las dimisiones o si Blair es recibido con hostilidad en la conferencia del partido, este puede verse obligado a irse antes. Sin algunos de sus ministros, le será imposible seguir en el cargo. Solo si Brown y Blair llegan a un pacto, los críticos aceptarían que Blair se quede.