Los tentáculos del caso Clearstream , un complicado entramado de manipulaciones y falsas acusaciones de corrupción financiera en torno a personalidades políticas, entre ellas el ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, salpicó ayer a la cúpula del Estado francés, que de inmediato se defendió de las acusaciones, desviando los rumores de un posible complot contra el aspirante a sucederle en el Elíseo el 2007.

El vespertino Le Monde publicó en su edición de ayer fragmentos del interrogatorio realizado por los jueces que instruyen este sumario por "denuncia calumniosa" al general Philippe Rondot, exagente secreto del Ministerio de Defensa. En noviembre del 2003, a Rondot se le encargó la investigación de unos listados en los que se señalaban a algunos nombres de industriales franceses y altos funcionarios como receptores de comisiones ilegales a través de la sociedad financiera Clearstream por la venta de fragatas a Taiwán en los años 90. Supuestamente, en esas listas no aparece citado ningún responsable político.

Según las declaraciones que reproduce Le Monde , el 9 de enero del 2004, Philippe Rondot aseguró que en una reunión con Dominique de Villepin, entonces ministro de Asuntos Exteriores, el nombre de Sarkozy fue "evocado". Y que, siguiendo "órdenes del jefe del Estado, Jacques Chirac", Villepin le dio "instrucciones de investigar de cerca a Sarkozy", presunto sospechoso de poseer cuentas ilegales en el extranjero a través de Clearstream. Presente en esa reunión, un amigo de Villepin, el vicepresidente ejecutivo del grupo aeronáutico EADS, Jean-Louis Gergorin, habría sacado del bolsillo, según Rondot, una lista con los nombres de los implicados.

Esta versión fue ayer rebatida por el presidente francés y por su primer ministro. Chirac desmintió "categóricamente" en un comunicado haber encomendado ninguna investigación.

DESMENTIDO MINISTERIAL Poco antes, Villepin, "sorprendido" por estas afirmaciones, admitió en un comunicado haber pedido al general Rondot, en el marco de la investigación sobre las fragatas de Taiwán, que tratase de "verificar la credibilidad de los rumores", pero, a su vez, subrayó: "Nunca hablamos de Sarkozy como posible beneficiario de una cuenta en el extranjero".

Oficialmente, los nombres de personajes políticos implicados en esta trama falsa se hicieron públicos a partir de las cartas anónimas que en mayo y junio del 2004 recibió el juez francés Renaud van Ruymbeke.