El pulso sostenido por los gobiernos de EUUU y Venezuela con los codos apoyados sobre Nicaragua se inclina a favor del presidente venezolano, Hugo Chávez, que contará con su "hermano sandinista" Daniel Ortega, vencedor en las elecciones presidenciales del domingo, para ganar una torre y avanzar sus peones en el tablero de la geopolítica latinoamericana. Los analistas coinciden en que el presidente estadounidense, George Bush, ha sufrido un nuevo revés en su intento de influir en el continente. Su director de Asuntos Americanos, Larry Birns, admite que las relaciones de EEUU con América Latina están "en su punto más bajo".

Mensaje a los inversores

Por ello, el primer mensaje de Ortega tras su victoria estuvo destinado a tranquilizar, tanto al capital que en los últimos años ha regresado al país, como al poderoso país del norte. El dirigente sandinista quiso "darle seguridad al sector privado y a los inversionistas nacionales y extranjeros", a los que pidió "trabajar juntos para erradicar la pobreza en Nicaragua". Al mismo tiempo, mostró su disposición a "desarrollar y mejorar las relaciones con toda la comunidad internacional".

Pero muchos de los que vinieron con su voto liberal se han vuelto a Miami y otros preparan las maletas. La tele les pedía ayer: "¡No se lleven los reales!". Pero el rencor y el temor se trenzan en el aire.

Además de poner en duda el proceso electoral, el embajador estadounidense en Managua, Paul Trivelli, se muestra convencido de que la victoria sandinista traerá la "instauración del modelo Chávez" en Nicaragua. Diversos empresarios e investigadores nicaragüenses comparten ese temor y desconfían de "la reconciliación y el amor" que propugna Ortega. El analista Aldo Díaz asegura que el futuro Gobierno sandinista "va a integrarse en el proyecto bolivariano de unidad regional que ha resurgido estos últimos años".

Y es que --obras son amores-- Hugo Chávez, que ayudó a Daniel Ortega en la campaña electoral al mandar fertilizantes y combustible a los ayuntamiento sandinistas, está dispuesto a apoyarlo con el envío de petróleo a precios preferenciales y la participación de la banca estatal venezolana en el sector financiero y en un banco para el desarrollo nicaragüense. Como dice Larry Birns, Nicaragua es una golosa "manzana a punto de ser cogida". El funcionario cree que "Chávez será sin duda generoso, pero no buscará la aventura en Nicaragua".

´Noche negra´

El petróleo venezolano será, de entrada, la panacea para solucionar los problemas energéticos del país y acabar con los apagones que enervan a los habitantes de Managua. El director de un instituto de estudios políticos, Javier Meléndez, opina que "el apoyo de Chávez será más estratégico y vital para Ortega de lo que hoy resulta para Evo Morales en Bolivia".

El analista dice que "será interesante ver qué pasa en materia de apertura e integración económica" en el seno de los sandinistas, donde hay "poderosos grupos empresariales interesados en el libre comercio con EEUU". De hecho, la mitad de le economía nicaragüense depende de ese país.

Algunos antisandinistas auguran una "nueva noche negra en Nicaragua". Un liberal llegó a gritar: "Aquí va a correr sangre". Otros, como el investigador José Dávila, consideran que el eje integrado por Ortega, Raúl Castro y Hugo Chávez "podría propiciar una nueva guerra fría en la región".

Tras el jaque sandinista, la próxima jugada se dirime a fin de mes en Ecuador en una segunda vuelta electoral y con otro candidato de izquierda chavista, Rafael Correa.