El presidente venezolano, Hugo Chávez, llegó ayer a Bogotá en la etapa más crucial de la mediación que ha llevado a cabo en las dos últimas semanas para lograr la liberación de 45 rehenes en manos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), entre ellos la dirigente francocolombiana Ingrid Betancourt. Chávez dijo que emprendía su misión "con fe y optimismo".

El dirigente venezolano se reunió ayer con su homólogo colombiano, Alvaro Uribe, quien ya avanzó que se expresaría "con toda sinceridad y con toda fraternidad" ante Chávez, al tiempo que reafirmó su posición de no acceder a la petición de las FARC, que exigen la desmilitarización de un territorio a cambio de la liberación de los rehenes. Uribe tampoco aceptará que los guerrilleros que salgan de la cárcel regresen a las filas insurgentes.

No estaba descartado que, tras su entrevista con Uribe, Chávez se reuniera con familiares de guerrilleros de las FARC presos. De celebrarse, este encuentro se celebraría en la Embajada de Venezuela en Bogotá, al margen del programa oficial. Días atrás, el presidente venezolano se reunió con familiares de los secuestrados por la guerrilla.

La iniciativa de Chávez ha levantado la esperanza entre los familiares de los rehenes, que esperan un canje por razones humanitarias. Incluso el ministro de Exteriores francés, Bernard Kouchner, expresó ayer su confianza en que la gestión sea "útil".