El Gobierno chino ha reconocido que las revueltas se están extendiendo a otras provincias habitadas por población tibetana como Gansú, Sichuan y Qinghai, aunque no ha querido confirmar doce muertes más en los disturbios, tal como apuntan fuentes del exilio.

Según fuentes gubernamentales chinas, citadas por la agencia oficial Xinhua, la violencia desatada en las provincias limítrofes a Tíbet está estrechamente vinculada a la sucedida en Lhasa y coordinada por "el dalái lama y su camarilla".

Un portavoz gubernamental en Pekín añade que las fuerzas del orden han actuado con "la máxima moderación" para sofocar las protestas en estas tres provincias, pero ha rehusado dar detalles de posibles bajas o lesiones.

En contraposición, la ONG Free Tibet Campaign, con sede en Londres, ha denuncido que un mínimo de doce manifestantes han falledico en el condado de Machu tras ser tiroteados por la policía durante los enfrentamientos. La prensa extranjera tiene el acceso vetado no solo al Tíbet sino también a las provincias vecinas, por lo que resulta muy difícil obtener informaciones directas.

No obstante, un equipo de la televisión canadiense CTV grabó imágenes de disturbios en una ciudad no identificada de la provincia de Gansú, en la que se ve a unos tibetanos a caballo tomando al asalto edificios oficiales y arriando la bandera china sustituyéndola por la tibetana.

Por otro lado, en diferentes países europeos continúan las protestas y los ataques a las embajadas de China.