Cientos de miles de inmigrantes en situación irregular, en su inmensa mayoría hispanos, se echaron ayer a las calles de las principales ciudades de EEUU en una jornada de absentismo laboral, de inasistencia a la escuela y de abandono de toda actividad ciudadana. Con esta protesta, los inmigrantes pidieron su legalización y trataron de demostrar el peso que tienen en EEUU, donde constituyen el 4,9% de la fuerza laboral.

CIERRE FORZADO De costa a costa de Estados Unidos, se sucedieron las manifestaciones. Los inmigrantes se ausentaron de sus trabajos, forzando a numerosos propietarios a cerrar por un día. "Yo no estoy particularmente contento, porque hemos tenido que cerrar en el mes más ocupado del año, y esto me va a costar miles de dólares", declaró Jeffrey Salsbery, propietario de una empresa de jardinería en Carmel (Indiana), cuyos 25 empleados mexicanos no fueron a trabajar.

En California, participaron en las protestas los partidarios de la reforma de la ley de inmigración para regularizar la situación de los casi 12 millones sin papeles que hay en EEUU. En Los Angeles, miles de personas participaron en una marcha en el centro de la ciudad. "Los inmigrantes son trabajadores, no terroristas", se leía en algunas pancartas, mientras otras pedían "Derechos totales para los inmigrantes".

CADENA EN NUEVA YORK La ciudad de Nueva York registró poca asistencia a las escuelas en los barrios donde residen más inmigrantes. En esas mismas zonas, muchas tiendas y pequeñas empresas no abrieron sus puertas. En el sur de Manhattan, cerca de Chinatown, los manifestantes formaron una cadena humana a mediodía, poco antes de dirigirse a la gran marcha convocada a primera hora de la tarde en la céntrica Union Square.

También fueron miles los manifestantes que se desplazaron al Memorial Park de Houston (Tejas), en apoyo a la regularización de los inmigrantes, cuya ausencia por un día de boicot laboral no es suficiente para hacer daño real a la economía, pero sí para causar bastantes incomodidades, según muchos economistas.

En Luisiana, la ciudad de Nueva Orleans fue escenario de una manifestación en Armstrong Park, mientras que en Chicago (Illinois) había ya más de 300.000 personas concentrados en Grant Park a primera hora de la mañana. En Atlanta (Georgia), la plaza Fiesta fue el epicentro de las protestas, y todos sus centros públicos amanecieron cerrados. En Nueva Jersey, algunas ciudades pequeñas perdieron casi toda su actividad comercial.