¿Quién será el estadounidense 300 millones? Mañana martes, a las 7.46 horas de la mañana, la Oficina del Censo de Estados Unidos podrá determinar si es un recién nacido o un inmigrante quien marca esta histórica cifra en el Reloj de Población instalado en su sede.

Pero este acontecimiento pasará sin pena ni gloria en el país, pues no se prevé celebración alguna ni que el presidente Bush pronuncie un discurso de bienvenida al nuevo ciudadano, como hizo Lyndon B. Johnson, el 20 de noviembre de 1967, cuando nació Robert K. Woo, el estadounidense 200 millones.

"Lo más probable es que Bush no diga nada, por la conexión de este hito demográfico con el candente tema de la inmigración, y por el rechazo que los inmigrantes generan en muchos sectores", dice William H. Frey, demógrafo de la Brookings Institution.

Tema explosivo

A tres semanas de las cruciales elecciones legislativas, la Casa Blanca no quiere rozar un tema explosivo. De hecho, existen grandes posibilidades de que el estadounidense 300 millones lleve un apellido hispano, bien por nacer en una familia latina o por entrar en la nación a través de la frontera.

Hoy por hoy, más de la mitad del crecimiento demográfico de EEUU se produce gracias a los nacimientos en la comunidad hispana, que supone ya el 14% de la población total y llegará al 25% en el 2050. "Estamos volviendo a nuestras raíces como país de inmigrantes", subraya Frey, pero no se atreve a pronosticar que el ciudadano 300 millones vaya a ser de este grupo.

Lo que sí se puede predecir matemáticamente es el momento preciso en que EEUU pasará la barrera de 300 millones. Es el tercer país más poblado del planeta después de China, con sus 1.300 millones de ciudadanos, y la India, con sus 1.100 millones. En EEUU hay un nacimiento cada 7 segundos, una muerte cada 13, y la llegada de un inmigrante cada 31. Con estos tres datos, la Oficina del Censo calcula que la nación gana un nuevo ciudadano cada 11 segundos.

Es un ritmo frenético si se considera que lo que ahora se llama Estados Unidos tardó miles de años en reunir 100 millones de habitantes, la cifra alcanzada en 1915. A la velocidad actual, el país llegará a 400 millones en el 2043 y para finales de siglo tendrá 600 millones. "Yo creo que alcanzar los 300 millones de habitantes es razón para celebrar la grandeza de la nación", opina Vicki Markham, directora del Centro de Medio Ambiente y Población, en Connecticut. Sin embargo, como ella misma matiza, "una nación solo es grande si sus ciudadanos miran con ojos críticos quiénes son y qué papel juegan en la arena internacional".

Importantes similitudes

Curiosamente, ese papel tiene hoy importantes similitudes con el que jugaban en 1967, cuando se traspasó la barrera de los 200 millones. El demócrata Lyndon B. Johnson era el presidente y el país estaba empantanado en la guerra de Vietnam. Ahora, con el republicano George Bush, la nación vive dos conflictos: Irak y Afganistán.

Alcanzar los 300 millones "es un momento histórico que servirá para que la gente reflexione sobre qué cambios se han producido a medida que vamos creciendo como nación", opina Stephen Buckner, portavoz de la Oficina del Censo. Muchos de esos cambios son positivos, como el aumento de la expectativa de vida, que en 1915 era de 52 años, mientras que hoy alcanza 77,9 años.

Otros, sin embargo, amenazan el futuro del país y dañan al mundo entero, como el impacto sobre el medio ambiente de su desaforado consumo de materias primas. "No es el aumento de población lo que puede hundirnos, sino el consumo, pues estamos habituados a lujos que no vamos a poder sostener siempre", avisa Frey.