"Barack Obama y yo sabemos que estamos donde estamos gracias a líderes como Martin Luther King". En un acto organizado para conmemorar el nacimiento del histórico líder del movimiento de los derechos civiles, que se celebra hoy, Hillary Clinton no tuvo más remedio ayer que hacer referencia al asunto racial. Y es la carrera en el campo demócrata se ha centrado en la raza después de que la campaña de Clinton acusara a la de Obama de haber tergiversado unas declaraciones de la exprimera dama y su marido. ¿Qué es más revolucionario? ¿Que Clinton sea la primera presidenta de EEUU o que Barack Obama sea el primer negro que se muda a la Casa Blanca? Era cuestión de tiempo que el debate se centrara en estos términos. El pasado lunes, Clinton dijo a la cadena Fox que hizo falta un presidente de EEUU, Lyndon B. Johnson, para cumplir el "sueño" de King. Después, su marido se refirió a Obama como "un cuento de hadas", aunque no hablando de la raza sino de su postura contra la guerra. Dio igual. Las dos declaraciones llevaron al congresista Jim Clyburn, de Carolina del Sur, a afirmar que los comentarios del matrimonio Clinton lo habían "molestado". Clyburn es un peso político en su estado, que con un 29% de población negra se ha convertido en clave en la carrera presidencial demócrata. Hasta ahora Clyburn se había mantenido neutral, y sus afirmaciones sonaron como una alarma en la campaña de Clinton. En su ayuda acudió Bob Johnson, fundador de Black Entertainment Television, quien dudó del trabajo de Obama en los barrios negros de Chicago y realizó una referencia velada a su consumo de cocaína.

El domingo, Clinton aclaró sus declaraciones sobre King, pero su equipo acusó a la campaña de Obama de usar la carta de la raza. Desde el campo de Obama, su mujer, Michelle, criticó la comparación con el cuento de hadas y sus portavoces acusaron a Clinton de juego sucio por las palabras de Bob Johnson. Tras la polémica subyace el deseo de cortejar el voto de los negros.