Tras cinco semanas de juicio en las que ha habido jugosas revelaciones sobre cómo funciona la Casa Blanca de George Bush y cómo se relaciona con los periodistas, con las inexistentes armas de destrucción masiva de Irak como telón de fondo, un jurado federal condenó ayer por obstrucción a la justicia, perjurio y falso testimonio a Lewis Scooter Libby, exjefe de Gabinete del vicepresidente de EEUU, Dick Cheney. Libby, que recurrirá, se enfrenta a un máximo de 25 años de cárcel, aunque expertos judiciales hablaban ayer de una condena de entre un año y tres.

El juez anunciará el 5 de junio la condena, la guinda de un juicio que ha hundido al hombre de confianza de Cheney y ha dejado en una situación delicada a la Casa Blanca, que sale del proceso como una Administración rencorosa con una relación difícil con la CIA por los informes sobre las hipotéticas armas de destrucción de Sadam Hussein, y propensa al pasteleo con su prensa de cabecera.