La respuesta israelí al secuestro de dos soldados por Hizbulá, considerada como "desproporcionada" por muchos libaneses, y la sucesión de víctimas civiles está provocando la unidad entre las tres principales comunidades religiosas del país --chiís, sunís y cristianos--, a pesar de estar todavía fresca la larga guerra civil (1975-1990) que las enfrentó. Solo los drusos, una suerte de escisión musulmana minoritaria, se muestran reticentes.