La Constitución boliviana nació manchada de sangre. La frase lapidaria retumbaba ayer en un país al borde del precipicio después de que los asambleístas del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Evo Morales, aprobaran "en general" el texto fundamental encerrados en un cuartel militar de la ciudad de Sucre y sin presencia opositora. Mientras, en las afueras del Liceo Teniente Edmundo Andrade, miles de personas se enfrentaron a las fuerzas de seguridad. En los choques y saqueos, que siguieron con intensidad el domingo, murieron al menos tres personas, una de ellas un policía, y hubo unos 200 heridos.

El Gobierno habla de una "conjura oligárquica" en ciernes y no se hace responsable de las muertes. "No hemos usado munición de guerra", dijo el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, quien atribuyó lo ocurrido a una derecha que incita a "la intolerancia, la discriminación y el racismo".

Las regiones más ricas de Bolivia, controladas por la oposición, afirman que "se está promoviendo el tránsito hacia un estado totalitario". Morales hace uso "de una violencia solamente vista en gobiernos tiranos y fascistas", dice el presidente del Comité Cívico Pro Santa Cruz, Branco Marinkovic, en una carta al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.

´MALPARIDA´ Sucre olía ayer a gas lacrimógeno y neumático quemado. Las protestas previas pedían para la ciudad la condición plena de capital. Ahora, en sus calles se grita que la Carta Magna es una "malparida": la dio a luz una minoría (136 de los 138 asambleístas en el cuartel, de los 255 elegidos en el 2006), ignorando la norma de los dos tercios y allanando el camino hacia un Gobierno unipersonal.

Los constituyentes acuartelados tuvieron que ser evacuados ayer a Potosí, 200 kilómetros al oeste, en una operación policial dirigida por el ministro del Interior, Alfredo Rada, antes de que miles de personas cercaran la unidad militar. "Gracias a Dios que pudimos salir. Nuestras vidas estaban en peligro", dijo el diputado Carlos Romero.

Los asambleístas deben volver a Sucre para aprobar "en particular" el texto constitucional. Como el MAS ha cambiado el reglamento de la Constituyente, ya no tendrán que debatir artículo por artículo: se votará en cinco partes. La Constitución puede estar lista en los próximos días y luego pasará a consulta popular. Las regiones opositoras barajan abstenerse de participar.