Con el descubrimiento por parte del Senado de Estados Unidos de la cuenta de Augusto Pinochet en el Banco Riggs, en el 2004, la posibilidad de procesar al dictador por corrupción dejó de ser una quimera. A partir de ese hecho, el juez Muñoz descubrió que la red tejida para guardar el dinero involucraba a 128 cuentas en el exterior. España estaba entre los países elegidos por el dictador. Pinochet accedía a muchas de sus cuentas bancarias con nombres falsos como el de Daniel López. Su esposa y su hijo Marco Antonio eran parte de esas cuentas.