Esta vez las encuestas tampoco fallaron en Hungría. El partido de centroderecha Fidesz, capitaneado por el carismático Viktor Orban, de 46 años, amplió en las elecciones legislativas celebradas ayer la victoria que logró hace dos semanas en la primera vuelta y se ha convertido en el amo y señor de la política del país.

Los resultados preliminares indican que el Fidesz (Alianza de Jóvenes Demócratas), que ha estado durante los últimos ocho años en la oposición, ha logrado hacerse con dos tercios de los 386 escaños del Parlamento nacional.

Los resultados también confirmaron la debacle de los socialdemócratas del MSZP, actualmente en el poder, que se quedan con 59 diputados, apenas 12 más que el otro partido triunfador de estos comicios, la formación de extrema derecha Jobbik (Movimiento para una Hungría Mejor). Los ultranacionalistas entran por primera vez en la Cámara. También lo harán los ecologistas del LMP, que han logrado 16 diputados.

Orban se encontrará con un país ahogado en la crisis económica. El índice de desempleo es del 11,4% y hay tres millones de húngaros que viven bajo el nivel mínimo de subsistencia.