El Gobierno israelí anunció ayer que, por primera vez, las fuerzas del orden han descubierto un laboratorio de explosivos de la Yihad Islámica en territorio israelí. La instalación clandestina se encontraba en el pueblo árabe de Yalyulia, en el norte de Israel, y en su desarticulación fueron detenidos tres ciudadanos árabes israelís acusados de militar en la Yihad Islámica.

Según fuentes israelís, los tres detenidos son sospechosos de planear numerosos ataques contra Israel, incluyendo la explosión de un coche bomba junto a una base militar cerca de la localidad de Rishon Letzion. La policía israelí dice que los detenidos recibían órdenes de un líder de la Yihad Islámica en Tulkarem.

COMUNIDAD EN APRIETOS

Destaca, además, el hecho de que los tres detenidos son árabes israelís, en el permanente punto de mira de la mayoría judía del país ya que muchos consideran que colaboran con los grupos radicales palestinos. Esta situación comprometerá a la comunidad árabe.

Por otro lado, las Brigadas de Mártires de Al Aqsa, relacionadas con el movimiento Al Fatah, hicieron ayer público que no van a atacar dentro de Israel mientras continúe el conflicto bélico de Irak. Las Brigadas afirman que con su decisión pretenden "no dar un pretexto a Israel para cometer brutales crímenes contra los palestinos". La tregua de las Brigadas se limita al interior de Israel, no a la franja de Gaza y Cisjordania.

SHARON Y SUS PROMESAS

Por su parte, el primer ministro israelí, Ariel Sharon, afirmó ayer en el seno de la comisión parlamentaria para Asuntos de Seguridad y el Exterior que su Gobierno desmantelará los puestos avanzados de colonos en Cisjordania, embriones de asentamientos creados sin autorización del Ministerio de Defensa. Como ya viene siendo habitual, el primer ministro no puso fecha a esta antigua promesa.