A pesar de que la policía francesa calificó ayer de "relativamente calmada" la noche del pasado sábado en la periferia de París, los enfrentamientos entre las fuerzas policiales y las bandas de jóvenes de los suburbios parisinos continúan produciéndose.

En la madrugada de ayer, seis policías de la región parisina resultaron heridos y, en Marsella (departamento de Bocas del Ródano, en el sur de Francia), una estudiante está al borde de la muerte tras sufrir graves quemaduras en el incendio de un autobús urbano en uno de los "barrios sensibles" de la ciudad. Las autoridades han hecho un llamamiento a los ciudadanos para identificar a los responsables.

Coincidiendo con el primer aniversario de la ola de disturbios callejeros que sacudió a toda Francia el pasado año, 277 coches y ocho autobuses fueron quemados en la periferia de París. Los agentes de la policía detuvieron a 47 personas en todo el país acusadas de altercados públicos.

El ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, envió refuerzos, y el primer ministro, Dominique de Villepin, ha previsto para hoy una reunión sobre la seguridad en el transporte público.