El goteo de muertos palestinos continúa. A los ajustes de cuentas entre Hamás y Al Fatá, saldados con cuatro nuevas víctimas en Gaza, se añadió ayer una incursión del Ejército israelí en Ramala. Una docena de vehículos blindados, escoltados por un helicóptero y acompañados de excavadoras que destruyeron coches y paradas del mercado, realizaron una "operación rutinaria de arresto", según un portavoz, que dejó tres palestinos muertos, todos civiles, y 20 heridos. Después, fuerzas israelís ocuparon la ciudad de Belén. En la acción, resultó herido un palestino.

El presidente Mahmud Abbás, que hace dos semanas recibía del primer ministro israelí, Ehud Olmert, la promesa de "aliviar el sufrimiento de los palestinos", condenó la operación, que, a su juicio, "prueba que los deseos israelís de paz son falsos".