Tras una feroz resistencia, entre versiones contradictorias sobre el número de víctimas y sobre su actitud en las últimas horas de vida, el líder de los radicales islamistas atrincherados en el interior de la Mezquita Roja de Islamabad fue abatido ayer por el Ejército paquistaní. El clérigo Abdul Rashid Ghazi murió durante un asalto de más de 15 horas en el que hubo al menos 58 muertos y decenas de heridos.

Durante el asalto militar al complejo de la mezquita, que se inició durante la madrugada del martes después de que hubieran fracasado las negociaciones, 37 mujeres estudiantes se rindieron, y una treintena de niños que los integristas mantenían como rehenes lograron escapar. Además, unos 50 estudiantes, casi todos varones, fueron detenidos. Aún anoche, un grupo de irreductibles presuntos yihadistas , extranjeros y combatientes de Al Qaeda resistía en la madrasa femenina. Según el Gobierno, eran unos 500.

CUÑADA Y SOBRINA La cuñada y la sobrina de Ghazi lograron salir con vida, pero su madre, que ya estaba muy enferma cuando comenzó el asedio hace una semana, también falleció. Umme Hasán, esposa del maulana Abdul Aziz Ghazi --detenido hace unos días cuando huía de la mezquita disfrazado de mujer-- era directora de la escuela femenina del complejo, y esta semana lideró, junto a su cuñado muerto, la resistencia de los atrincherados. Umme Hasán y su hija Asma fueron detenidas en las instalaciones de la Jamia Hafsa, la escuela femenina.

Según informó la cadena Geo TV, el cuerpo de Ghazi fue descubierto en el sótano del colegio, donde se había refugiado, y desde donde al parecer intentó rendirse. Pero los yihadistas de Al Qaeda que se encontraban junto a él se lo impidieron.

Geo TV mantuvo hasta la madrugada del martes contacto telefónico con Ghazi. Según sus fuentes, el maulana resultó herido de madrugada cuando los comandos del Ejército también abatieron a su madre enferma. Se había ocultado en un búnker con heridas de bala en la pierna derecha. Allí permaneció varias horas hasta que fue localizado.

Las tropas paquistanís le dieron una última oportunidad de rendirse, que Ghazi aceptó, pero los comandos armados que se hallaban junto a él se lo impidieron. Salieron de la habitación en la que se hallaban y contratacaron a las soldados paquistanís.

Esta versión concuerda con el hecho de que Ghazi había casi aceptado una propuesta de los negociadores gubernamentales para permenecer 10 años bajo arresto domiciliario en su ciudad. Pero el acuerdo se rompió por la negativa del maulana, forzada por sus acompañantes atrincherados, a liberar a los rehenes. Y esta condición era fundamental para el acuerdo.

A tenor de las informaciones de Geo TV, el maulana resultó ser más rehén que líder de sus presuntos seguidores. Sin embargo, fueron muchas las intervenciones telefónicas en las que Ghazi amenazó con volarse si las tropas intentaban apresarlo o entraban en la mezquita. En su última comunicación con Geo TV, Ghazi anunció que se daba "por muerto" y pidió a sus seguidores y a los de su hermano que continuaran con "su misión" de imponer la sharia en Pakistán y derrocar al presidente Pervez Musharraf. Finalmente, el portavoz del Ministerio del Interior, Javed Iqbal Cheema, confirmó la decisión de Ghazi de rendirse pese a la oposición de sus compañeros. "Murió en un fuego cruzado", añadió.

FUEGO CRUZADO La operación Silencio se inició a las 4.00 de la madrugada (hora local paquistaní, la 1.00 en España) con una tanda de explosiones y fuego cruzado sostenido. El asalto se prolongó durante horas porque los resistentes estaban repartidos por más de 70 habitaciones en el complejo escolar. "Los militantes tomaron posiciones en la escalera y el sótano, y hubo que luchar habitación por habitación", declaró el general Waheed Arshad, portavoz del Ejército.

Las explosiones y las ráfagas se sucedieron durante 15 horas, sin que se supiera ni el número de muertos ni el de resistentes que aún quedaban en el interior. "Es una ofensiva final para limpiar el lugar de sus militantes armados", declaró el general Arshad después de iniciar el asalto.