Los diplomáticos norteamericanos insisten en que "EEUU no es un Estado policial", quizá porque nunca han conocido (hasta ahora) lo que es eso, como sí lo supimos los que sufrimos la dictadura franquista (apoyada por Washington). Pero no somos nosotros, sino los propios medios de comunicación estadounidenses, los que denuncian que la Administración de Bush sí tortura y aprueba la tortura, sí viola los derechos humanos, sí incumple la legalidad (nacional e internacional), todo ello pretendiendo que defiende esos mismos principios universales. Todo lo demás es propaganda.

*Periodista.