La tragedia ha vuelto a sembrar de muertos la peregrinación anual a La Meca, en Arabia Saudí. Al menos 345 personas fallecieron ayer y un número similar resultaron heridas como consecuencia de una estampida humana ocurrida en la localidad de Mina, a pocos kilómetros al este de la ciudad santa del islam. Los hechos sucedieron en una de las rampas que dan acceso al puente de Yamarat, donde centenares de miles de musulmanes cumplían con uno de los últimos rituales de la peregrinación: lanzar piedras contra tres muros que simbolizan al demonio.

Según el portavoz del Ministerio de Interior saudí, el general Mansur al Turki, la avalancha humana se produjo cuando un grupo de peregrinos tropezaron con unas maletas que estaban en medio del camino, aunque en un principio dijo que el equipaje había caído de un autocar. Los que venían empujando detrás, con prisa por llegar cuanto antes a la parte superior del puente, cayeron también al suelo, produciéndose así un efecto dominó. La situación se agravó cuando se desató el pánico. "Vi peregrinos caídos bajos los pies de otros. No sé cuántos murieron, pero ahí había docenas de cuerpos", declaró a la agencia AFP un peregrino procedente de Egipto.

COMO MAHOMA La magnitud de la estampida y el abultado número de muertos obedece a que son muchos los peregrinos deseosos de seguir al pie de la letra el ejemplo del profeta Mahoma, quien lanzó las piedras contra el demonio --y dio lugar así al rito de lapidación del diablo-- justo después de la plegaria del mediodía. Sólo los menos fervorosos observan los consejos de los ulemas musulmanes, que piden a los fieles acceder al puente de forma escalonada y repartir las visitas durante la jornada.

Ya consumada la tragedia, la policía rodeó rápidamente la zona y expulsó al resto de fieles que intentaban acceder a toda prisa al puente, una explanada tan ancha como ocho carriles de autopista, donde se levantan los tres muros. Los cuerpos sin vida fueron cubiertos con sábanas blancas a la espera de que ambulancias y camiones frigoríficos los trasladaran a la morgue. Los centenares de heridos fueron llevados al hospital general de Mina y a centros sanitarios de Riad --la capital-- y de la ciudad de Medina. Las autoridades médicas saudís dijeron que gran parte de los muertos, la mayoría, al parecer, de países asiáticos, murieron por asfixia o pisoteados.

La de ayer era la última jornada de un ritual que dura tres días y pone punto final a la peregrinación. Este año se concentraron cerca de 2,5 millones de musulmanes procedentes de 178 países. "Yo solo sé que me caían los muertos encima y que tenía las piernas agarrotadas, no paraba de gritar y nadie me oía, hasta que vino un soldado y me sacó de aquel montón de cadáveres", relató el paquistaní Esham Chan Alí, que mostraba el cuerpo lleno de magulladuras. No es la primera vez que ocurre algo así en el puente Yamarat. En el 2004, más de 250 peregrinos murieron en otra estampida.

MEDIDAS PREVENTIVAS Desde entonces, las autoridades saudís han adoptado medidas preventivas para evitar nuevos accidentes. Ampliaron el ancho del puente, habilitaron más rampas de acceso a la gran explanada y sustituyeron las tres columnas circulares que simbolizaban el demonio por unos largos muros.

Este año, el Gobierno reemplazará el puente Yamarat por otro con un sistema de entradas en cuatro niveles, salidas a los tres muros y un tren subterráneo.