El pleno del Parlamento Europeo reclamará hoy al Ejecutivo comunitario y a los 27 estados miembros de la Unión Europea (UE) la inmediata y "urgente" revisión del reglamento comunitario que impide a los pasajeros subir a los aviones bebidas, líquidos, perfumes y geles, más allá de los minúsculos frasquitos de 100 mililitros que quepan en una bolsita de plástico de un litro. El reglamento pretende evitar que puedan introducirse explosivos líquidos en el equipaje de mano, aunque nunca se ha detectado en el control de seguridad de un aeropuerto ningún intento de introducir explosivos líquidos en un avión.

La resolución, que cuenta con un amplio respaldo de los principales grupos parlamentarios, afirma que los perjuicios causados a los pasajeros "no son proporcionados al valor añadido en materia de seguridad" que implica la aplicación del reglamento. La Eurocámara estima que las medidas causan unos costes muy elevados para los pasajeros, así como para los aeropuertos y los operadores aéreos.

Varios grupos parlamentarios, como el Grupo Popular, el liberal, los verdes e Izquierda Unitaria, van a pedir que la normativa se derogue, ya que la Comisión Europea no ha demostrado ni la eficacia ni la necesidad de tan draconiana medida.

La resolución destaca que las máquinas de rayos X de los controles son incapaces de detectar explosivos líquidos y que la normativa no se aplica de forma objetiva ni coherente. Los pasajeros, a los que se autoriza comprar líquidos y perfumes en las tiendas de los aeropuertos, pueden perderlos después en los controles de tránsito cuando los vuelos no son directos.

DENUNCIA El eurodiputado liberal Ignasi Guardans (CiU), uno de los más activos en la denuncia de la "absurdidad" del reglamento, impulsa también que la Eurocámara denuncie a la Comisión Europea ante el Tribunal de Justicia de la UE por la clandestinidad y falta de transparencia en la elaboración de la polémica normativa, cuyo contenido fue declarado secreto, en lo que considera una clara violación del artículo 6 del Tratado de la UE.

"Es absolutamente irracional que a una madre le quiten la botella de agua con la que da de beber a su niño en el control de seguridad del aeropuerto por el temor a que pueda contener un explosivo líquido", destacó Guardans a este diario. "Son todo medidas arbitrarias para crear una imagen de seguridad, sin que esa seguridad exista", añadió el eurodiputado. En la misma línea se pronunció el diputado alemán Georg Jarzembowski, que subrayó que "la norma está obligando a confiscar y destruir millones de botellas en los aeropuertos y costando un montón de dinero, sin que se haya demostrado que aporta más seguridad". Guardans estima que los Veintisiete, que aprobaron la norma de forma apresurada, deben escuchar a la Eurocámara.

El reglamento fue aprobado de forma rápida el pasado otoño bajo presión de la Comisión Europea y de Gran Bretaña, después de que en el verano del 2006 se desmantelara un presunto complot para hacer estallar 10 aviones con explosivos líquidos sobre varias ciudades.