Europa centró ayer por la noche el segundo debate ante las cámaras de televisión de los líderes de los tres mayores partidos parlamentarios del Reino Unido, según lo previamente acordado por ellos.

El tory David Cameron se expuso a los ataques de sus dos contrincantes por su decisión de sacar a su grupo del Partido Popular Europeo, donde están los grandes partidos conservadores del continente, para aliarse en cambio con partidos derechistas de la Europa del Este.

Según adelantaron ayer varios medios de comunicación, tanto el primer ministro, Gordon Brown, como el líder liberal demócrata, Nick Clegg, acusaron a Cameron de haber distanciado al Reino Unido de los grandes países europeos con gobiernos de centroderecha, como el francés o el alemán.

Por el contrario, Clegg, claro triunfador del primer debate y el hombre a abatir, tuvo que defenderse de la acusación de que es demasiado favorable a Bruselas y a la inmigración, algo que siempre suena bien a oídos de los euroescépticos británicos.

Otro posible punto flaco del líder liberal demócrata es su apoyo a dar amnistía a los inmigrantes ilegales en momentos en que tanto los tories como los laboristas quieren restringir la entrada de ciudadanos de países extracomunitarios.

Según el Financial Times , tanto Brown como Cameron atacaron a Clegg por su respaldo al euro, aunque el manifiesto liberal demócrata precisa que el Reino Unido solo adoptaría la moneda única cuando las condiciones económicas lo permitiesen y con un referendo previo.

Los conservadores, pero también muchos laboristas, consideran que si el Reino Unido formase parte hoy de la eurozona, habría tardado más en salir de la actual crisis económica, porque no tendría la flexibilidad monetaria que la da la libra.