La rivalidad entre clanes dejó ayer al menos 21 personas decapitadas en el sur de Filipinas, y se esperan más. No es raro que las diferencias políticas se ventilen a tiros en la provincia de Manguidanao, pero la magnitud de la carnicería ha sobrecogido al país asiático. El Gobierno declaró ayer el estado de excepción en la provincia para prevenir que las venganzas sigan.

Los sucesos se desataron cuando un centenar de hombres fuertemente armados detuvo por la mañana una comitiva que acudía a la Comisión Electoral para presentar la candidatura a gobernador de Ibrahim Mangudadatu. No está claro cuántos la formaban. Ayer se hablaba de unas 35 personas, pero un testigo aseguró que eran 65. Entre ellos había abogados de derechos humanos, seguidores de Mangudadatu y periodistas.

Todos fueron introducidos en varios vehículos. El Ejército, en plena persecución, encontró 21 cuerpos, el de la esposa de Mangudadatu y tres de sus hijos entre ellos. "Creemos que hay más cuerpos enterrados. Desgraciadamente, los mataron antes de que llegáramos", dijo el teniente coronel Romeo Browner. Las reacciones fueron inmediatas. "Estamos en estado de shock y totalmente indignados. Se hará justicia y los culpables serán castigados", aseguró un comunicado gubernamental. "Es una masacre de civiles horrible, ni siquiera han tenido piedad de mujeres y periodistas. Tenemos que detener esta violencia", dijo el asesor presidencial, Jesús Dureza. Por ahora no hay detenidos.

Tan pronto se conoció la masacre, las miradas se volvieron al gobernador Andal Ampatuan, conocido como el padrino y de maneras caciquiles. El Ejército sospecha que su hijo dirigió la operación, que tenía como objetivo impedir la confrontación política en las elecciones del año próximo. También está detrás la venganza por las muertes a tiros de sus dos hijos en el 2002, y de las que el gobernador siempre acusó a Mangudadatu.

Ampatuan tiene una treintena de hijos sanguíneos y políticos colocados al frente de 18 de los 22 municipios de la región. Uno de ellos iba a relevar a su padre, quien amenazó de muerte al clan de Mangudadatu si también concurría. Ampatuan se alinea con la presidenta Gloria Arroyo. Ese vínculo provoca dudas sobre la investigación.