Nunca antes la alerta de seguridad había estado en un nivel tan alto en el Reino Unido. Según informó ayer el diario The Times, la policía, el servicio secreto y el Ejército se han declarado en "alerta grave y específica", el mayor grado posible, pues están convencidos de que los autores de los atentados están vivos y planean más ataques.

El nivel es incluso más alto que el que se declaró tras los atentados del 11-S. Las fuerzas de seguridad británicas temen que los terroristas dispongan aún de más explosivos y que planeen utilizarlos en ataques indiscriminados los próximos días, igual que intentaron hacer los extremistas que cometieron los atentados del 11-M.

La policía cerró ayer durante unas horas la zona céntrica de Whitehall, en Londres, tras encontrarse un paquete sospechoso. En ese área se encuentran la mayoría de los ministerios y la residencia oficial del primer ministro, Tony Blair.

Fuentes de la investigación explicaron que se trató de una alarma infundada. La policía instó a los peatones a abandonar la zona. Los edificios, sin embargo, no fueron evacuados. Tras examinar el paquete con perros, la policía ordenó que se volviera a abrir la zona. La normalidad, aunque con otras alarmas, siguió siendo la nota dominante.