La coalición de centroizquierda encabezada por Romano Prodi no ha durado ni dos años en el poder. El jefe del Gobierno italiano perdió anoche en el Senado el voto de confianza que había solicitado. Inmediatamente, Prodi se trasladó al palacio del Quirinal para presentar su dimisión al presidente de la República, Giorgio Napolitano.

La sesión parlamentaria se celebró en medio de una gran tensión y estuvo plagada de broncas e insultos. Al final, 161 senadores negaron la confianza a Prodi, frente a los 156 que votaron a su favor. La crisis política había comenzado la semana pasada, cuando el ministro de Justicia y líder de la Udeur, Clemente Mastella, abandonó la coalición gubernamental.

Además de la oposición, votaron en contra de Prodi no solo dos de los tres senadores de la Udeur (Tomasso Barbato y el propio Mastella), sino también tres senadores de la coalición gubernamental. Hubo también tres ausencias (Luigi Pallaro, Giulio Andreotti y Renato Pinifarina).

"CON LAS BOTAS PUESTAS" De nada valió el apoyo que Prodi recibió del tercer senador de la Udeur, Nuccio Cusumano, quien, cuando anunció su intención de voto, fue escupido y golpeado por su correligionario Barbato, que le espetó: "vendido, cornudo y pedazo de mierda". Inmediatamente se produjo un gran altercado y desde los escaños de la oposición de centroderecha se oyeron gritos como "maricón, basura, puta, muñequita". Cusumano no aguantó la agresión, se desmayó y tuvo que ser evacuado en camilla. Prodi había decidido por la mañana no presentar la dimisión a Napolitano y someterse al voto de confianza. "Prodi caerá, pero con el honor de hacerlo con las botas puestas", reconoció el senador Roberto Calderoli, de la ultraconservadora Liga Norte y aliado del magnate Silvio Berlusconi. "Prodi es un verdadero guerrero", declaró Oliviero Diliberto, líder de los Comunistas italianos (CI), uno de los nueve partidos que integraban la coalición de izquierdas desde abril del 2006.

AVISO DE BERLUSCONI Tras conocer el resultado en el Senado, la oposición de derechas no perdió la ocasión de meter el dedo en la llaga. "Estoy festejando. Ahora, presentaré un programa para los 100 primeros días de Gobierno", afirmó Berlusconi.

Será, sin embargo, Napolitano quien decidirá sobre el futuro inmediato del país. El presidente de la República puede optar por convocar elecciones anticipadas o encargar la formación de un Gobierno de transición que lleve a cabo algunas reformas importantes, como la ley electoral. Hoy iniciará las consultas.

Lo que tampoco está nada claro es si Italia logrará superar la crisis política sin que se vea afectada la economía del país, que ha registrado un crecimiento medio anual del 2% durante el mandato de Prodi.