Gran Bretaña, Holanda y Suecia bloqueaban anoche la posibilidad de un acuerdo sobre el próximo marco presupuestario de la Unión Europea (UE) para el periodo 2007-2013, debido a su negativa a asumir su parte del coste de la integración de los países del Este. Alemania y Francia aceptaban la propuesta de compromiso de la presidencia luxemburguesa de la UE, a pesar de representar un importante incremento de sus aportaciones al presupuesto europeo. España, Italia y Portugal, por su parte, reclamaban un incremento de los fondos regionales y de cohesión.

El recorte del cheque británico (devolución del 66% de las contribuciones netas británicas), el mantenimiento de la partida asignada a la política agraria, el volumen de fondos destinado a la política regional y de cohesión, y la reducción de las aportaciones holandesas y suecas centraban la negociación.

PAUSA Y BILATERALES Tras largas horas de tensas discusiones, la presidencia luxemburguesa suspendió temporalmente el Consejo Europeo a primera hora de la tarde y abrió un periodo de consultas bilaterales para intentar acercar posiciones.

El presidente semestral de la Unión, el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, se reunió por separado con el presidente francés, Jacques Chirac, con el primer ministro británico, Tony Blair, con el primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende, y con el primer ministro sueco, Goran Persson. Juncker preparaba una nueva propuesta de compromiso reajustada para presentarla anoche, cuando se reanudara la sesión del Consejo Europeo.

Chirac y el canciller alemán, Gerhard Schröder, aceptaron el techo de gasto que proponía la presidencia, pese a ser 44.000 millones de euros más elevado del que defendían ambos países. Chirac aceptó también que la provisión de fondos agrícolas para la adhesión de Bulgaria y Rumanía fuera 6.000 millones inferior a lo requerido.

Chirac estimó que el paquete financiero propuesto por la presidencia (868.000 millones) supondrá incrementar la aportación francesa en 10.000 millones de euros en el conjunto de los siete años. Para Alemania, el esfuerzo será superior. Schröder y Chirac exigieron como contrapartida el recorte y congelación del cheque británico a 4.670 millones de euros anuales, para evitar que se disparara de los 5.115 millones actuales hasta los 8.000 millones de euros en los próximos años.

POLITICAS DE FUTURO Blair rechazó anoche el recorte de la devolución de sus contribuciones y sólo parecía dispuesto a aceptar como máximo que los países del Este dejasen de costear como hasta ahora parte de ese cheque , lo que equivale a unos 400 millones de euros anuales. Esto era considerado insuficiente por los demás países, en especial Francia y Alemania, porque significaría que Gran Bretaña sólo contribuiría muy parcialmente a costear la ampliación. Blair exigió durante toda la jornada un recorte de la política agraria, con el argumento de que el presupuesto de la UE debe reorientarse hacia políticas de futuro, como la investigación y la innovación.

Holanda y Suecia reclamaron, asimismo, una drástica reducción de sus contribuciones anuales a la Unión, porque consideran que representa una porción demasiado elevada de su renta nacional (0,43% y 0,36%, respectivamente).