El primer desfile del orgullo gay que se celebra en 10 años en Belgrado desembocó ayer en una batalla campal entre las fuerzas antidisturbios y grupos de ultraderecha y ultranacionalistas que intentaron evitar que se celebrara la marcha. Los violentos enfrentamientos, en el centro de la capital serbia, se saldaron con cerca de un centenar de heridos, la gran mayoría miembros de las fuerzas del orden.

La fiesta de los homosexuales, que desfilaron tras la bandera del arco iris, se esperaba movida. De hecho, los participantes, algo más de un millar de personas, contaron para el desfile con una escolta de más de 5.000 policías. "La caza ha empezado" y "Muerte a los homosexuales", fueron algunos de los gritos de guerra de los grupos homófobos, formados principalmente por ultranacionalistas y neonazis. Los radicales atacaron a la policía con todo tipo de objetos contundentes. Incluso se escucharon disparos. También prendieron fuego al edificio donde está la sede del Partido Democrático (DS), del presidente del país, el reformista y proeuropeo Boris Tadic.

El ministro de Derechos Humanos y de las Minorías, Svetozar Ciplic, representaron al Ejecutivo en la marcha gay.