La ONU advirtió ayer de que la crisis sobre la reactivación del programa nuclear de Corea del Norte amenaza con cobrarse varios millones de vidas, al asegurar que una tercera parte de la población --unos ocho millones de personas-- podría morir de hambre si no llega ayuda humanitaria.

El emisario de la ONU, Maurice Strong, quien regresó a Pekín procedente de la capital norcoreana, Pyongyang, dijo que "la ayuda internacional es una cuestión de vida o muerte para al menos seis millones de norcoreanos".

EEUU bloqueó las ayudas a Pyongyang al final del año pasado después de que las autoridades norcoreanas reactivaran su programa nuclear. George Bush reiteró esta semana su propuesta de reanudar el suministro de alimentos a Pyongyang a cambio de que abandone su carrera nuclear. La propuesta fue rechazada por las autoridades norcoreanas.