Un nuevo y sangriento atentado terrorista mató ayer en Bagdad a 88 personas e hirió a 160. Dos coches bomba estallaron simultáneamente en un mercado abarrotado de gente en el barrio de Bab al Sarqi, de mayoría chií, en pleno centro de la capital. Horas más tarde, cerca de la ciudad de Baquba, otra bomba acabó con la vida de 12 personas más. Otros dos asesinatos elevaron la cifra de víctimas civiles a 102 en un solo día.

El primer vehículo bomba estalló en Bagdad pasadas las 12.30 del mediodía. La segunda explosión se produjo un segundo después. Cientos de personas llenaban el mercado de Haraj, situado entre las plazas de Tayarán y Tahrir. Es la segunda vez en dos meses que esta zona es blanco de un atentado terrorista. En diciembre, un suicida acabó con la vida de 63 personas.

FIELES A SADAM El atentado de ayer es el más mortífero registrado en lo que va de año en Irak, superando al que mató hace una semana a 70 civiles, la mayoría estudiantes, en la universidad bagdadí de Mustansiriya. Tanto entonces como ahora, el primer ministro iraquí, el chií Nuri al Maliki, acusó de las masacres a la "coalición de sadamistas y terroristas".

El ataque en Baquba también tuvo como objetivo un mercado popular chií. La población civil es el principal blanco de la guerra sin cuartel que mantienen desde hace casi un año los insurgentes sunís y los radicales chiís.

Los ataques de ayer se produjeron un día después del despliegue de los primeros soldados de refuerzo de Estados Unidos en la capital iraquí procedentes de Kuwait. Junto a 14.000 hombres más, que llegarán a Irak durante las próximas semanas, participarán en el plan de seguridad diseñado por el Gobierno iraquí y Estados Unidos para neutralizar a los grupos armados, tanto sunís como chiís, en Bagdad.

No será la primera vez que se intenta peinar la capital. Ya se hizo en el pasado, pero sin éxito. En esta ocasión los militares iraquís y estadounidenses no abandonarán los barrios que hayan sido sometidos a un registro minucioso y permanecerán en sus calles para evitar que vuelvan a caer en manos rebeldes.

Además, y a diferencia de ocasiones anteriores, Al Maliki parece resuelto a presentar batalla también a los milicianos chiís, sobre todo a los miembros del Ejército del Mehdi del clérigo radical chií Moktada al Sadr, responsables de gran parte de los asesinatos de miles de civiles sunís. El grupo de Sadr ocupa 30 escaños de los 275 del Parlamento y forma parte de la coalición de Gobierno, con seis ministerios. El clérigo resolvió el domingo poner fin al boicot que mantenía en el Parlamento desde el pasado mes de noviembre.

A pesar de que no se ha revelado la fecha de puesta en marcha de la operación militar en Bagdad, todo parece indicar que será inminente. En lo que parece un preámbulo de ese operativo, fuerzas iraquís y estadounidenses rodearon con carros blindados el barrio suní de Adamiya.

APUESTA POR LA VIA MILITAR En esta nueva estrategia militar, el presidente de EEUU se juega mucho. Bush ha echado toda la carne en el asador y, a pesar del rechazo de la opinión pública de su país, ha optado una vez más por la vía militar y no por la diplomática para intentar reducir la violencia que tiñe de sangre cada día el país árabe.

El número de soldados de EEUU muertos desde que estalló la guerra hace casi cuatro años es de 3.050. En este mes, los fallecidos superan el medio centenar, de los que 25 perdieron la vida el pasado sábado.

Además de los muertos de ayer en Haraj y Baquba, también murió acribillada a balazos una profesora de una escuela de Bagdad. Otra mujer falleció y ocho niños resultaron heridos al caer dos morteros cerca de otro colegio de la capital.