El jefe de inspectores de desarme de la ONU, Hans Blix, calificó ayer de "positivo" que Irak haya entregado un centenar de documentos sobre la eliminación de sus armas de destrucción masiva en 1991. No obstante, el diplomático se abstuvo de echar las campanas al vuelo y comentó que necesitaban "explorar más este tema".

Irak ha insistido en que destruyó los arsenales de estas armas letales tras la derrota en la guerra del golfo Pérsico, pero no ha facilitado prueba alguna de que sea cierto. EEUU ha afirmado que Bagdad no ha aportado pruebas de la destrucción porque no se ha llevado a cabo, algo que la Casa Blanca usa como argumento para desencadenar la guerra.

Blix añadió ayer que el Gobierno de Irak le informó de que encontró, además, una bomba R-400 rellena de líquido, en una zona en que las autoridades iraquís manejaron armas biológicas en el pasado. Estas bombas pueden emplearse para disparar armas biológicas.

EN ESPERA

El diplomático sueco señaló que aún están esperando una respuesta oficial por parte de Bagdad sobre la destrucción de los misiles Al Samud 2. Blix exigió a Irak que empiece a destruir estos misiles antes de ese sábado. El consejero presidencial para el desarme iraquí, el general Amer al Sadi, señaló ayer que Bagdad está estudiando qué hacer con estas armas. Sin embargo, en una entrevista realizada por la televisión CBS, Sadam Husein declaró que Irak no eliminará los Al Samud 2.