Irán dio a entender ayer por vez primera que rechazaba las dos condiciones previas de la Unión Europa para poder iniciar una nueva negociación sobre los planes de Teherán para el desarrollo de la energía atómica. Las dos condiciones son la suspensión de todas las actividades relacionadas con el enriquecimiento de uranio y la respuesta a todas las dudas planteadas por la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) sobre su programa nuclear.

Abdolreza Rahmani Fazli, adjunto al jefe de las negociaciones nucleares, Alí Larijani, declaró a la agencia semioficial Mehr, próxima a los conservadores, que "los dirigentes del régimen han llegado a la conclusión de no aceptar ninguna condición previa" impuesta por los europeos.

Esta es la primera vez, desde el 6 de junio, que un alto responsable iraní vinculado con las negociaciones rechaza abiertamente la oferta del jefe de la diplomacia europea, Javier Solana. Hasta ahora, Larijani se había limitado a decir que Irán prefería negociaciones sin condiciones.

Irán reinició sus actividades para el enriquecimiento de uranio con fines civiles, según Teherán. Pero las potencias occidentales temen que el uranio sea usado para fabricar bombas nucleares.