"Una sentencia de muerte", "un hecho gravísimo" y "un mensaje mafioso". Con estas duras palabras, magistrados, los partidos de la oposición centroizquierdista e incluso representantes de la Iglesia católica criticaron ayer la decisión del Gobierno italiano de no incluir en el programa de protección de testigos al colaborador de la justicia y exmafioso Gaspare Spatuzza, quien señaló durante un proceso al primer ministro, Silvio Berlusconi, como hombre clave de la Cosa Nostra siciliana.

Spatuzza, un exasesino a sueldo, condenado a cadena perpetua por siete masacres y 40 homicidios, arrepentido desde el 2008 y considerado creíble por tres juzgados diferentes, no gozará de protección policial porque ha iniciado sus declaraciones más allá del límite de los 180 días que concede la ley para que una persona que expresa su deseo de colaborar con la justicia comience a testificar, según comunicó el Ministerio del Interior italiano.

SIN PRECEDENTES El caso es único, pues es la primera vez que se le niega la protección policial a un testigo relevante, y afecta a quien declaró en diciembre pasado que Berlusconi y el senador Marcello dell´Utri (el hombre junto al que el primer ministro entró en política) eran el "referente político" de la Cosa Nostra y habían "puesto el país en manos" de la Mafia siciliana en el sangriento inicio de la década de los 90. Spatuzza, de 45 años, fue un hombre de confianza de los capos Filippo y Giuseppe Graviano y Leoluca Bagarella hasta su detención, en 1997.

La oleada de protestas no se hizo esperar. Sergio Lari, fiscal de la localidad siciliana de Caltanissetta y titular de la investigación del atentado en el que murió el juez antimafia Giovanni Falcone en 1992, destacó que la medida "no tiene precedentes". "Nos sentimos desorientados", añadió de juez.

Los senadores del opositor Partido Demócrata (PD, centroizquierda) afirmaron en una nota conjunta que se trata de "un hecho gravísimo" que no tiene "fundamento técnico ni legislativo" y de "un chantaje por las declaraciones realizadas por Spatuzza en el proceso judicial contra Dell´Utri". El exjuez Antonio di Pietro, líder de Italia de los Valores (IdV, centroizquierda), sostuvo que después de esta decisión Spatuzza "es un muerto que camina".

VIDA EN JUEGO En ello coincidió Luigi Ciotti, sacerdote y presidente de Libera (asociación que se ocupa de la reutilización de bienes confiscados a las mafias), quien argumentó que al mafioso arrepentido "no se le puede dejar solo", pues "está en juego su vida". Incluso un diputado del partido de Berlusconi, Fabio Granata, se declaró "sorprendido" por la decisión del Ejecutivo.

Con todo, el fiscal jefe de Florencia (una de las fiscalías que investigan las matanzas de los 90), Giuseppe Quattrocchi, dijo que Spatuzza "continuará" colaborando con la justicia.